La ofrenda es una expresión material que refleja la adoración hacia a las Divinidades. Al ofrendar un ramo de flores, alimentos u otras cosas, estos objetos materializan una acción simbólica que tiene ribetes espirituales.
La Iglesia católica contempla el acercamiento de ofrendas al altar mientras se desarrolla una misa. Otras ofrendas habituales se realizan en los cementerios, cuando algunas personas dejan algo junto a la tumba para recordar al fallecido y pedirle que intervenga en un asunto terrenal.
Las comunidades aborígenes, por su parte, suelen entregar ofrendas a la Madre Tierra o Pachamama. El culto incluye desde enterrar comida hasta regar el suelo con vino.
Las ofrendas se realizan desde hace miles de años. Los egipcios y los incas, por ejemplo, sacrificaban animales y niños como ofrenda a las divinidades. Creían que, al entregar algo valioso o querido, los dioses prestarían atención a sus ruegos y entenderían que la gente estaba dispuesta a realizar cualquier esfuerzo para satisfacer los Mandatos divinos.
Con el tiempo, el concepto pasó a considerarse como un método para que las personas se acerquen a la divinidad a través su propia armonía.
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